¿Cuál es el problema de los generales bizantinos?

¿Cuál es el problema de los generales bizantinos?

El problema de los generales bizantinos es una cuestión fundamental en el ámbito de los sistemas distribuidos, que resume los desafíos de lograr el consenso en una red descentralizada. Este problema, extraído de la teoría de juegos, es fundamental para comprender la dinámica de la toma de decisiones donde los participantes no pueden verificar la identidad o la integridad de los demás en un entorno caracterizado por canales de comunicación poco confiables.

En esencia, el problema de los generales bizantinos presenta un escenario en el que un grupo de generales, cada uno de los cuales lidera una división de un ejército, debe decidir por unanimidad si atacar o retirarse de una ciudad sitiada. El quid del dilema reside en la fiabilidad de los mensajeros, que son susceptibles de ser interceptados o corruptos por los defensores de la ciudad. El desafío para los generales leales es diseñar un protocolo que supere el engaño de cualquier participante deshonesto, asegurando un consenso sólido para un ataque o retirada coordinada.

Este problema es particularmente importante en los sistemas informáticos distribuidos, donde llegar a un consenso sin una autoridad central confiable es un obstáculo importante. La analogía es particularmente relevante en el contexto de Bitcoin y otras criptomonedas. Resolver el problema de los generales bizantinos fue un avance fundamental en la creación de Bitcoin. Sentó las bases para el desarrollo de monedas digitales descentralizadas, donde la confianza en una entidad central es reemplazada por un mecanismo de consenso entre los nodos de la red.

Bitcoin aborda este problema mediante su innovadora combinación de técnicas criptográficas y un algoritmo de consenso . Esta combinación forma un protocolo que permite a los nodos de la red Bitcoin acordar el estado de la cadena de bloques, asegurando la integridad y la continuidad de la criptomoneda sin la necesidad de una autoridad central. La solución al problema de los generales bizantinos constituye, por tanto, una piedra angular en el desarrollo de la tecnología blockchain y las criptomonedas, allanando el camino para una nueva era de transacciones digitales descentralizadas.

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Historia del problema de los generales bizantinos en la tecnología distribuida

El problema de los generales bizantinos, un concepto fundamental en el campo de la informática y los sistemas distribuidos, fue introducido por primera vez en un artículo fundamental de Leslie Lamport , Robert Shostak y Marshall Pease en 1982. Este problema resume los desafíos de lograr un consenso entre varios componentes de un sistema distribuido, particularmente en condiciones en las que algunos componentes pueden fallar o actuar de manera poco confiable.

El trabajo de investigación, que recibió un notable respaldo de organizaciones prestigiosas como la NASA, el Comando de Sistemas de Defensa de Misiles Balísticos y la Oficina de Investigación del Ejército, destacó la importancia de este problema no sólo en las comunicaciones militares sino también en diversos sistemas informáticos. El problema presenta un escenario en el que varias divisiones de un ejército, análogas a los nodos de una red informática, deben acordar un curso de acción unificado. Sin embargo, este consenso debe lograrse a pesar de la presencia de elementos poco fiables o potencialmente traidores dentro del sistema, simbolizados por los generales y sus mensajeros.

En su artículo, Lamport, Shostak y Pease expresan que un sistema informático confiable debe gestionar el fallo de uno o más de sus componentes, lo que podría enviar información contradictoria. Esto lleva al concepto de tolerancia a fallas bizantinas, una característica crítica para que los sistemas funcionen correctamente incluso ante fallas de componentes.

A finales de la década de 1990 se produjeron nuevos avances cuando los investigadores Barbara Liskov y Miguel Castro desarrollaron el algoritmo Practical Byzantine Fault Tolerance (pBFT), mejorando el consenso en las redes distribuidas. Aunque pBFT enfrentó desafíos, particularmente en escalabilidad, sentó las bases para tecnologías blockchain posteriores.

Un hito importante en la solución del problema de los generales bizantinos se produjo con el documento técnico de Bitcoin de 2008 de Satoshi Nakamoto, que presenta el algoritmo de prueba de trabajo (PoW) . Esta innovación revolucionó el campo al ofrecer una solución práctica para lograr consenso en un entorno descentralizado y sin confianza, piedra angular en el desarrollo de las criptomonedas y la tecnología blockchain.

El problema de los generales bizantinos ha evolucionado de un dilema teórico en informática a un elemento fundamental en las tecnologías informáticas y de criptomonedas modernas, lo que subraya la importancia de una comunicación confiable en los sistemas distribuidos.

Algoritmos bizantinos populares de tolerancia a fallos

Para protegerse contra la interrupción de los sistemas distribuidos por parte de un pequeño grupo de actores dañinos, es esencial implementar un algoritmo sólido. Esta necesidad ha llevado al desarrollo de protocolos de consenso bizantinos tolerantes a fallas, fundamentales para permitir que la computación distribuida confiable maneje las fallas bizantinas de manera eficiente.

Uno de esos protocolos es la Tolerancia práctica a fallos bizantinos (PBFT), un algoritmo de consenso diseñado para sistemas distribuidos. PBFT puede manejar hasta un tercio de sus nodos comportándose de manera bizantina (arbitraria o incluso maliciosamente) sin comprometer la integridad de la red. Este algoritmo está diseñado para lograr un consenso sobre la secuencia de acciones de la manera más rápida posible y al mismo tiempo mantener un funcionamiento consistente incluso ante fallas bizantinas. PBFT emplea una combinación de firmas digitales, tiempos de espera y reconocimientos para garantizar el progreso continuo del proceso de consenso, incluso cuando algunos nodos están comprometidos o actúan de manera maliciosa, siempre que la mayoría siga siendo confiable.

Otro protocolo importante es el Acuerdo Bizantino Federado (FBA), diseñado para redes descentralizadas. Logística de Amazon permite a los nodos llegar a un consenso sin la necesidad de una autoridad central. Opera formando federaciones de nodos independientes que confían entre sí. Dentro de cada federación, los nodos coinciden en el orden y la legitimidad de las transacciones o eventos, lo que permite a las distintas federaciones llevar a cabo sus procesos de consenso de forma independiente. Un ejemplo de una implementación que utiliza Logística de Amazon es Fedimint, un protocolo destacado y de código abierto para transacciones y custodia de Bitcoin. Fedimint utiliza el algoritmo de consenso bizantino tolerante a fallas (HBBFT) del tejón de miel, que muestra la adaptabilidad y efectividad de Logística de Amazon en aplicaciones del mundo real.

Prueba de trabajo (PoW) y el problema de los generales bizantinos

En octubre de 2008, Satoshi Nakamoto dio a conocer el primer documento técnico de Bitcoin, sentando las bases de lo que se convertiría en la red Bitcoin en enero de 2009. Si bien el documento técnico no menciona explícitamente el "problema de los generales bizantinos", ofrece efectivamente una solución a este problema de larga data. Un problema permanente en las redes de comunicación digitales.

La innovación de Nakamoto implicó el uso de seguridad criptográfica y cifrado de clave pública para abordar los desafíos planteados por el problema de los generales bizantinos en el ámbito de las transacciones digitales. La seguridad criptográfica emplea hash (el proceso de transformar datos en un código único) para protegerse contra la manipulación. El cifrado de clave pública se utiliza para autenticar la identidad de los participantes dentro de la red.

Las transacciones en Bitcoin están aseguradas dentro de bloques, cada uno vinculado al anterior mediante un valor hash. Esto crea una cadena rastreable hasta el primer bloque, conocido como bloque génesis. La cadena de bloques emplea una estructura de árbol Merkle para autenticar los hashes que se originan en este bloque inicial.

La validez dentro de la red está garantizada ya que cada bloque se remonta al bloque de génesis. Los mineros, que compiten para resolver complejos acertijos criptográficos, validan estos bloques como parte del mecanismo de consenso de Prueba de trabajo (PoW). Este enfoque no sólo solidifica la integridad de la cadena de bloques, sino que también incentiva a los mineros a proporcionar información veraz, ya que el costo de crear un bloque es sustancial.

La naturaleza objetiva de las reglas de Bitcoin elimina la posibilidad de manipulación de información o disputas dentro de la red. Los criterios para validar transacciones y acuñar nuevos Bitcoin son claros e imparciales. Una vez que se agrega un bloque a la cadena de bloques, resulta casi imposible modificarlo, consolidando así el registro histórico de las transacciones.

En este sistema, los mineros desempeñan un papel análogo al de los generales en el problema de los generales bizantinos, siendo cada nodo responsable de verificar las transacciones, el equivalente moderno de los mensajes en la analogía original. El uso de seguridad criptográfica por parte de blockchain frustra posibles ataques de piratas informáticos (similar al enemigo en la analogía), ya que las transacciones se agrupan en bloques y se procesan para mayor seguridad. El diseño de Satoshi introduce un elemento probabilístico al colocar a los mineros en un entorno competitivo para validar bloques, mejorando la descentralización de la red.

La competencia entre mineros implica resolver un rompecabezas criptográfico, y la probabilidad de éxito está ligada a su poder computacional o tasa de hash. El minero que resuelve el rompecabezas transmite la solución, que luego otros mineros validan. La dificultad objetivo del rompecabezas garantiza la veracidad de la solución.

Por lo tanto, cada miembro de la red Bitcoin puede acordar constantemente el estado de la cadena de bloques y todas sus transacciones. Cada nodo verifica de forma independiente la legitimidad de los bloques y las transacciones, eliminando la necesidad de confianza entre los participantes de la red.

Además, la naturaleza descentralizada de blockchain significa que no existe un único punto de falla. Los bloques se almacenan en una base de datos distribuida, se replican en toda la red, lo que mejora la tolerancia a fallas y garantiza que la falla de un nodo no comprometa todo el sistema. Esta redundancia es similar a tener múltiples mensajeros en la analogía de los generales bizantinos, lo que garantiza que el mensaje se conserve incluso si un mensajero se ve comprometido.

El futuro de Blockchain: prueba de participación (PoS) y prueba de participación delegada (DPoS)

La prueba de participación (PoS) es un mecanismo de consenso en la tecnología blockchain que se introdujo en 2012 para abordar el problema de los generales bizantinos. A diferencia de las redes basadas en Prueba de trabajo (PoW), las redes PoS no dependen de la minería. En lugar de ello, utilizan un proceso conocido como apuesta .

En este sistema, los usuarios, denominados validadores, apuestan sus fondos como forma de seguridad. Cuantas más monedas tenga un validador, más bloques podrá validar y mayores serán las recompensas que podrá ganar. Sin embargo, existe un riesgo: los validadores que intentan aprobar transacciones falsas pueden perder sus fondos apostados.

PoS permite a los usuarios apostar monedas utilizando computadoras domésticas estándar, a diferencia del hardware especializado requerido para la minería PoW. Varias redes basadas en PoS han desarrollado mecanismos para evitar el doble gasto y otros riesgos de seguridad asociados con fallas bizantinas. Por ejemplo, Ethereum 2.0 (Serenity) planea implementar el algoritmo Casper PoS, que necesita un consenso de dos tercios entre los nodos para validar un bloque.

Introducido en 2014, la prueba de participación delegada (DPoS) es una variación del modelo PoS. En DPoS, sólo un grupo selecto de usuarios, conocidos como delegados, tienen autoridad para validar transacciones y crear bloques. Los usuarios apuestan la moneda de la cadena de bloques para votar por los candidatos a delegados, y las recompensas en bloque generalmente se distribuyen en proporción a la cantidad apostada.

DPoS permite que los nodos alcancen un consenso más rápidamente que PoW o PoS, lo que permite un procesamiento de transacciones más rápido a escala. Sin embargo, esta velocidad puede tener como costo la tolerancia a fallas bizantinas. Con menos nodos responsables de la seguridad de la red, existe un mayor riesgo de colusión contra los intereses de la mayoría. Para mitigar esto, las redes DPoS frecuentemente celebran elecciones de delegados, asegurando que los delegados sigan siendo responsables de sus acciones y decisiones.

Conclusión

A medida que nuestra sociedad adopta cada vez más sistemas distribuidos y monedas descentralizadas como Bitcoin, el problema de los generales bizantinos se vuelve crucial para coordinar múltiples entidades independientes sin una supervisión central. En tales sistemas, la tolerancia a fallas bizantinas es vital para garantizar la resiliencia y la seguridad, incluso en medio de información engañosa o falsa, permitiendo el consenso a pesar del potencial engaño y traición.

Bitcoin es un ejemplo de cómo crear un entorno sin confianza capaz de contrarrestar diversos ataques. Su algoritmo de prueba de trabajo (PoW) ha sido fundamental para mantener la seguridad de la red al promover la competencia entre los mineros. Esta competencia hace que sea casi imposible que una sola entidad domine la red, asegurando así su naturaleza descentralizada. El modelo de Bitcoin, basado en la tolerancia a fallos bizantinos, representa un enfoque sólido para lograr consenso y mantener la seguridad frente a posibles actividades maliciosas y desinformación.

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